domingo, 24 de marzo de 2013

Entrada de Jesús en Jerusalen


El primer hecho es que la entrada de Jesús montando un asno había sido profetizada en las Escrituras. Aproximadamente quinientos años antes de que Él naciera, el profeta Zacarías escribió:
"He aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna." [Zacarías 9:9].


El texto no dice que subió y montó en el asno (epibainô), como sería normal, sino que se sentó (ekathisen), como se sienta el rey sobre su trono. Probablemente, el evangelio de Marcos quiere evocar la imagen de Salomón entronizado sobre la mula de David, su padre, a quien sucede (cf. 1 Rey 1). Pero Jesús no se monta y asienta en la mula de un rey anterior, sino sobre un asno nuevo (prestado). Dos discípulos lo buscan y lo traen, y él toma allí su asiento (trono), como rey mesiánico, en hebreo,  asno jamor   ( Jet, Mem, Vav, Resh), es una palabra emparentada con jomer-material, de alguna manera entra en Jerusalen diciendo que está sentado sobre la materia. No es un rey de este mundo el que nos trae el néctar de la inmortalidad.


Se ha conservado una fábula singular donde el Asno hace un papel de bastante importancia. Luego que Júpiter hubo tomado posesión del imperio del mundo y los mortales concurrieron en tropel a ofrecer incienso en sus altares, movido el Dios de su piedad les prometió atender al deseo que ellos formasen. Los hombres pidieron el don de una eterna juventud sin pasar jamás al triste estado de la vejez. Júpiter encargó al asno llevar este don inestimable, pero sintiéndose fatigado se acercó a una fuente para refrescarse. La serpiente que la guardaba dio a entender al asno que para beber, era necesario que le cediese antes el tesoro que llevaba. El estúpido animal no tuvo dificultad en cambiar por algunos sorbos de agua un licor mas precioso que el néctar. Desde entonces tienen las serpientes el privilegio de cambiar de piel y de volver a tomar toda la frescura y vigor de la juventud, al paso que los mortales están sujetos como antes a la vejez y á la muerte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario