Sobre la música mexicana, me gustaría traer a la memoria al músico Tomás Méndez de Fresnillo, Zacatecas.
Este compuso una de las canciones más bellas y emblemáticas de México, Cucurrucucú Paloma. Una canción es surgida del amor y del dolor. Esta canción ha sido un éxito en todo el mundo, e interpretada por muchos cantantes del mundo.
Cucurrucucú Paloma es una canción hermosa, en ella se habla de la tristeza que sufre una persona por la pérdida de su ser amado; de la pérdida amorosa que sufrió un hombre hasta la muerte… y hasta después de ella.
Se canta: "cuentan que esa paloma, no es otra cosa mas que su alma", ese hombre, después de su muerte, regresa a casa convertido en paloma para seguir esperando a la amada que lo dejó. Y cuando se refiere a su amada fria como la piedra, dice: " las piedras jamás, paloma, qué van a saber de amores".
De alguna manera esta canción esta inspirada en esta cosmovisión huichol. Aquí presento datos que lo podrían confirmar
Su religión está presidida por cuatro principales deidades: Maíz, Águilas, Ciervos y Peyote, todos son descendientes del Sol, "Tau". Sus actos religiosos se llevan a cabo en un monte llamado Wirikuta o 'Quemado', en el estado de San Luis Potosí (México).
Este monte se encuentra dividido en dos, un lado para las mujeres y otro para los hombres. En sus actos religiosos suele hacerse uso del peyote, he aquí un extracto de lo que para ellos significa el uso de este cactus:
"Hay quienes tenemos alguna enfermedad física, del alma o del corazón o simplemente no hemos podido encontrar nuestra vida. En este desierto viviente y mágico, confín del mundo, el Venado Azul se nos revelará para encontrar nuestra vida, él nos enseñará, él será nuestra medicina. Una maximización del espíritu nos conducirá hasta el punto de la transformación temporal en transición a la exaltación espiritual, para encontrar las fuerzas del equilibrio. Esa capacidad inefable para aventurarnos sin temor en el angosto puente a través del gran abismo que separa el mundo ordinario del mundo del más allá. Para lograr éstas fuerzas del equilibrio debemos vencer nuestros miedos, quitar los malos pensamientos de nuestros corazones y unirlos. Los peregrinos debemos de estar limpios de todo mal de sentimiento, debemos de regresar al periodo de la vida en que éramos inocentes, antes de que fuéramos adultos, mundanos, ya que a ésta tierra madre venimos a nacer. El pasar de este mundo al más allá podremos hacerlo, porque al recibir el Venado Azul, dejaremos de ser ordinarios, seremos transformados. Pero hay que recordar que es solamente temporal porque somos solamente hombres y mujeres y no dioses"
Cabe mencionar que la religión va implícita a través de la vida del wixárika, forma parte de su identidad y está presente a lo largo de su vida intima y social.
La religión viene a ser un compromiso fundamental en su existencia, es parte de su cultura y sus distintas formas de expresión.
La música y el baile entre los Wixaritari tienen fuertes rasgos prehispánicos y es parte del ritual con que se honra a la divinidad. Los bailes son poco variados y los pasos muy sencillos, llevando el ritmo con los pies. Una característica de las celebraciones es la de tomar "tejuino" que es una bebida hecha a base de maíz fermentado.
La forma en que conocen a los mestizos u occidentales, es "teiwari" (singular) o "teiwarixi" (plural), no se sabe a ciencia cierta el significado de este gentilicio. Los wixaritari, conforman una de las culturas indígenas que mantienen saberes y tradiciones ancestrales, una cosmovisión propia y diferente, y hoy en día los wixaritari buscan por encontrar un diálogo con la cultura que denominamos occidental y conservarse, frente a los retos de la globalización.
...la Madre del Maíz cambió su forma de paloma y adoptó la humana; le presento al muchacho sus cinco hijas, que simbolizan los cinco colores sagrados del maíz: blanco, rojo, amarillo, moteado y azul. Como el joven tenía hambre, la Madre del Maíz le dio una olla llena de tortillas y una jícara llena de atole; él no creía que eso pudiera saciar su hambre, pero las tortillas y el atole se renovaban mágicamente, de manera que no podía acabárselos. La Madre del Maíz le pidió que escogiera a una de sus hijas y él tomó a la Muchacha del Maíz Azul, la más bella y sagrada de todas...
Diosa de la tierra de los huicholes. La imagen es una pintura de Crescencio Pérez Robles, en hilo sobre madera. En el centro está la Bisabuela Nakawe.Dentro de ella vive la paloma que personifica a la Madre Kukuruku, el espíritu del maíz. Luego de fertilizar la tierra por el sol que refulge sobre Bakawe, y por las diosas de la lluvia en los extremos del espacio, aparecen las mazorcas del cuerpo de Tatei, Nuestra Madre Urianaka. Los huicholes (que practican el consulo de catus de peyote) creen que toda la naturaleza está saturada de espíritus.
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