El Escudo de los Reyes Católicos
En la tradición heráldica española, el yugo, el haz de flechas y el nudo gordiano, fueron elementos que, junto con el ramo de granadas, y el lema Tanto Monta, conformaban la divisa personal propia más difundida de los Reyes Católicos, tal y como fue plasmado en el cancionero del aragonés Pedro Marcuello.
Esta divisa fue incorporada a la combinación de las armas familiares de ambos esposos a partir de 1475, según se pactó en las capitulaciones de la llamada Concordia de Segovia y de la cual, una representación gráfica del escudo que identificaría la reunión de los dos reinos más importantes de la península.
Caballero del Toisón de Oro, el Rey Fernando El Católico, necesitaba proveerse de un emblema y una leyenda acorde. La Reina Isabel había escogido el haz de flechas, que significaba la unión de sus reinos, además de que la palabra flecha tenía la F como inicial del nombre de su marido Fernando. Este acudió al gran humanista Antonio de Nebrija, poniéndole como única condición que el lema comenzara con la letra Y, como ya hiciera con el signo del yunque utilizado por él en justas y torneos. Para entender su origen, nos debemos remontar a los años en los que Alejandro Magno emprendía sus acciones conquistadoras por Oriente. El historiador romano Quinto Curcio, nos cuenta que Gordias, un campesino de la ciudad de Gordión, llevaba sus bueyes atados al yugo - la letra Y - en torno al cual se había atado un nudo tan intrincado que nadie había sido capaz de desatar. Pronto comenzaría a circular la leyenda de que el que consiguiera liberar el famoso nudo se haría con el poder de Asia. Alejandro se apresuró a deshacerlo y, tras varios intentos infructuosos, cogió su espada y lo partió por la mitad, diciendo “da lo mismo (tanto monta) cortar como desatar”. Finalmente, el macedonio acabó siendo dueño de Asia.
Esta anécdota se la trasmitió Antonio de Nebrija al rey Fernando, al que le gustó tanto que decidió tomar la frase como su emblema personal, De alguna manera “la vía directa”.
Este ejemplo fue lo que llevó a Maquiavelo a inspirarse en él, simbolizado con tan curioso lema, para escribir su famoso Príncipe.
De esta iniciativa aparecen los dos emblemas, yugo y flechas en los escudos de armas y sirven para la identificación del reinado.
Así vemos que el Yugo y las Flechas fueron introducidos por los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, tras su matrimonio en 1469 y la unión de sus dos reinos en 1479, de tal forma quedó basada la unidad de España. Al nombre de Ysabel se refiere el yugo, usado por Fernando, al nombre de Fernando, el símbolo usado por Isabel, las flechas. Ambos dos emblemas indican el honor y la fuerza presente en la unidad.
El simbolismo de la letra “Y” tiene múltiples interpretaciones. Como la conjunción copulativa, el yugo unifica en una sola dirección dos virtualidades. Por extensión, se aplica en sentido figurado a aquellas circunstancias o situaciones que obligan a permanecer donde no se permanecería, en caso de disponerse de la libertad para ello.
Como la “coyunda” sacramental de amor. El término proviene del latín iugum, el cual a su vez deriva de una raíz indoeuropea que aparece en el sánscrito como yug, 'unión'. Este término es que conocemos para denominar la ascesis hindú llamada “Yoga”, de tal manera que Hatha yoga literalmente significa “Unión del Sol y de la Luna” . Catón, en losOrígenes, explica el ritual de fundación de una ciudad: “los fundadores de una ciudad uncían un buey en el lado derecho del yugo y una vaca por la parte de dentro y, vestidos al estilo gabinio, es decir, con parte de la toga sobre la cabeza y el rostro recogido, mantenían la mancera del arado inclinada de tal
modo que la tierra quedara en el lado de dentro; y así al trazar el surco, iban marcando el sitio de la muralla y levantaban el arado en los sitios de las puertas”.
A los dos bueyes que trabajan aunados, unidos por un yugo, se denomina yunta. El verbo “juntar” deriva de esta última palabra. Entre los griegos a los que llevaban un yugo (phourkan) se les llamaba ‘furcifer’ (phourkipher). Este yugo, puntal, o apoyo, se llamaba ‘furca’ por los romanos” (Plutarco, Coriolano 24.4-5).
En el Palacio de la alfarería de Zaragoza, en su magnífico artesonado podemos observar los yugos y las flechas, símbolos de Isabel -el yugo- y Fernando -las flechas- con decoración de lazos y motivos vegetales.
Como hemos dicho, en el cancionero del zaragozano Pedro de Marcuello, poeta que además de advocar a la Reina como un ave Fénix y al Rey como un pelícano, se encuentran referencias poéticas y naturalistas sobre la F y la Y (Fernando, Ysabel) que se convirtieron en tópico fenojo / ynojo
Así jugando con las iniciales de los nombres de los monarcas, en unos versos («Este tal en Aragón // ffenojo llaman, señores, / su primera letra es flores. / Y eso mesmo acá en Castilla / ynojo llaman, nombralda / su letra fina esmeralda»).
Repite este juego nominal en la glosa de la ya conocida invención del yugo y las flechas, que vuelve ahora de nuevo a presentar versos de 1482 dedicados a la Reina en Talavera, algunos de los cuales vuelve a recordar y transcribir «Con ell arco de la ffe /vuestras flechas del guión/ desolarán el rincón».
Isabel de Castilla profesaba verdadera devoción a San Juan Evangelista, de ahí que pusiera Juana a su hija y que diseñara su escudo con el águila de San Juan.
La significación de la divisa era por entonces de carácter galante, formando un juego mutuo simbólico fundado en las iniciales de los nombres de ambos esposos, siguiendo una costumbre de la época por la que cada cónyuge empleaba las iniciales de su correspondiente en la firma de documentos, tal y como lo declararon los mismos reyes en 1497 mediante la ordenanza que regulaba el grabado de las monedas de plata, con un significado genuino de igualdad de ambos soberanos.
Propia del Rey era la divisa del nudo gordiano, de arraigo en la corona de Aragón, y que se disponía perpendicularmente al yugo, como así aparece en el cancionero de Marcuello o en los entramados del palacio de la Aljafería de Zaragoza. La flechas por su parte fueron representadas en un número variable, pero siempre apuntando hacia abajo. Con el tiempo esta divisa propia a los Reyes Católicos como esposos se difundió a otras composiciones heráldicas siendo adoptado en alguna de sus variantes como parte de los emblemas no solamente de villas y ciudades, como por ejemplo Ronda, Marbella o Málaga, sino también de Estados como Puerto Rico o los Países Bajos.
También podemos ver estos símbolos en las monedas con los tipos propios de Isabel y Fernando, con el yugo y las flechas, y su lema “Tanto Monta
El diseño del yugo y el haz de flechas fue descrito en la pragmática expedida por los Reyes Católicos en Medina del Campo en el año 1497, para llevar a cabo su reforma monetaria donde pretendían unificar el sistema monetario además de regular el funcionamiento de las casas de moneda y monederos. En las moneda introdujeron el yugo, el haz y el nudo gordiano.
Este emblema fue ofrecido en el año 1516 al Emperador Carlos V, con estas palabras:
“Vuestra alteza debe venir a tomar en la mano aquel yugo que el católico rey vuestro abuelo os dejó, con el cual tantos bravos y soberbios se domaron y en la otra las flechas de aquella reina sin par, vuestra abuela, Doña Isabel, con que puso a los moros tan lejos”.
Sobre este asunto nos informan las palabras que Antonio de Nebrija dedica a Isabel la Católica, «Reina i señora natural de España e las islas de nuestro mar», en el prólogo de su Gramática de la lengua castellana de 1492: «I assi crecio [la lengua castellana] hasta la monarchia e paz de que gozamos, primeramente por la bondad e prouidencia diuina, después por la industria e trabajo e diligencia de vuestra real majestad. En la fortuna e buena dicha de la cual los miembros e pedaços de España que estauan por muchas partes derramados, se reduxeron e aiuntaron en un cuerpo e unidad de reino. La forma e travazon del cual assi esta ordenada que muchos siglos, iniuria e tiempos no la podran romper ni desatar.»
Nebrija ve con claridad que se ha alcanzado la unidad que llevaba esperando siglos y que ya es irrompible. Pero, además de esto, habla de «miembros» y «cuerpo», pues el reino se concibe orgánicamente en lo social y en lo territorial, y los territorios que lo componen son los miembros que forman el cuerpo del reino. Este no puede existir sin aquéllos, y aquéllos, a su vez, no tienen sentido y finalidad fuera del reino. Y, sin duda alguna, ésta era la visión de los Reyes Católicos. Ellos fundamentaron la unidad sobre la diversidad, bebiendo doctrinalmente para ello en buena medida del pensamiento corporativo del Medievo cristiano.
Un reflejo de tal concepción es el escudo de armas de Isabel y Fernando, en el cual se integran los distintos territorios manteniendo la personalidad de cada uno de ellos. Y la unidad alcanzada en esta diversidad explica el uso en plural de «las Españas». Como vemos todo queda consagrado y protegido por el águila de San Juan Evangelista, por la fe católica.
Cada monarca tendrá unos símbolos distintos, que se repetirán tanto en las acuñaciones de moneda, como en edificios públicos, escudos…: el haz de flechas atadas con una cuerda identificará a Isabel, mientras que el yugo con el nudo gordiano aludirán a Fernando. Será precisamente este nudo del que provendrá la famosa expresión “TANTO MONTA”.
Así, al contrario de lo que se pueda creer, el “Tanto monta” NO es una divisa de los Reyes Católicos, sino únicamente de Fernando. Por otro lado, el famoso “tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando” apareció mucho después del reinado de los Reyes Católicos: su origen data de la España de los años 40 del s.XX, es decir, en plena dictadura franquista, lo que no nos debe extrañar sabiendo que en estos años, el reinado de Isabel y Fernando se veían como paradigma de esa España grande y unificada que se pretendía crear.
Aunque parezca una digresión, añado algunas frases y cuentos que concuerdan con estas imágenes ideográficas. Poesia visual del Estado como decía J. A. Primo de Rivera
“Una flecha sola se puede romper fácilmente. Muchas flechas juntas jamás se pueden romper” (Genghis Khan)
Las huellas de las personas que caminaron juntas nunca se borran (kongo)
La Película Ram de A. Kurosawa. Su argumento está basado en la obra de Shakespeare 'El rey Lear'.
El filme se sitúa en el Japón del siglo XVI. Un anciano señor de la guerra, Hidetora, decide retirarse del gobierno diario de su territorio, pero guardándose para sí el control del poder. Intenta dividir su patrimonio entre sus hijos, que en Ran son tres varones, mientras que en la obra de Shakespeare son tres mujeres. Al hijo más joven, Saburo, le disgusta la hipocresía, y no duda en criticar a su padre.
Inspirándose en una antigua leyenda, Kurosawa nos presenta al anciano señor sosteniendo tres flechas para demostrar que tomadas una a una, éstas se pueden romper, pero si las atamos juntas, entonces son irrompibles.
El hijo más joven demuestra a los presentes que esto no es cierto y las rompe contra sus rodillas.
Parece ser que también se basa en un antiguo cuento en el que un viejo guerrero Samurai, presintió que sus días terminaban y decidió dar lo poco que tenía a sus tres únicos hijos, los cuales también eran samurais pero poco diestros en el Kenjutsu y esto lo puso muy triste pues sin duda después de su partida ellos serían presa fácil de otros guerreros.
Parece ser que también se basa en un antiguo cuento en el que un viejo guerrero Samurai, presintió que sus días terminaban y decidió dar lo poco que tenía a sus tres únicos hijos, los cuales también eran samurais pero poco diestros en el Kenjutsu y esto lo puso muy triste pues sin duda después de su partida ellos serían presa fácil de otros guerreros.
Mientras se preparaba para morir le llegó una visión y una forma de dar el último legado a sus jóvenes hijos.
Mientras hacia un recuento de las posesiones en armas que tenía y al observar las flechas que había forjado años antes como regalo para sus hijos, (las flechas tienen una simbología muy particular para los Japonese pues denotan el vehículo con que se trasladan los deseos y las metas, y su objetivo es no regresar del lugar donde salieron) así comparó los deseos que dejaría como último legado para sus tres hijos.
Días mas tarde convocó a los tres para dar sus bendiciones y para heredarles lo que les correspondiese a cada uno y durante ese momento dijo: "Sé que ustedes seguirán mis pasos como guerreros y se que aún son muy jóvenes e inmaduros en las artes del sable, no obstante que sus técnicas son complementarias y que solo les enseñe a atacar y no a defender, les tengo una herencia mas por darles.
Sepan que en estas flechas esta el secreto para que ustedes puedan ser invencibles a pesar de que solo saben técnicas de ataque."
Los tres muchachos se quedaron sorprendidos, se miraban entre si, pues no sabían como tres flechas habrían de hacerlos invencibles. El anciano se sonrió y les entregó una flecha a cada uno de ellos. Los chicos las miraron y quedaron mas confusos pues las flechas no parecían tener alguna cualidad superior y uno de ellos dijo:
"Padre gracias por tu regalo y por entregarnos estas flechas, pero dime ¿Cómo es que esta simple flecha me va hacer invencible?
El anciano le dijo:
"Si decides romper esta flecha con tus propias manos seguramente lo lograras sin ningún tipo de problema pero si juntas las tres te será parcialmente imposible romperlas, júntalas de una sola vez e intenta romperlas tan solo con tus manos."
El chico comprobó que su padre tenía razón pues a pesar de que eran simples flechas, estaban hechas de maderas duras y al juntar las tres no se podían romper.
El anciano sonrío de nuevo al ver que ninguno de los tres pudo romper el grupo de flechas y continúo diciendoles: "Así como el estilo de estas tres flechas es el de solamente atacar su objetivo, el de ustedes es igual, pero pongan atención pues esta es la herencia más importante que les dejaré. Las flechas son indestructibles si se juntan pero si se deja una sola cualquiera podrá romperla, estas flechas representan a sus cualidades y a sus personalidades de combate, de igual manera, para que ustedes sean invencibles, siempre deberán pelear juntos y atacando de una manera definitiva y sin titubear , pues el día que decidan pelear solos será el último: rota una de las flechas las otras son mas fáciles de romper. Esta es la manera de que los tres sean invencibles a pesar de que solo saben ataques y no defensas."
Desde entonces ninguno de los tres hermanos se atrevió a pelear solo y desde ese momento juntos fueron invencibles.
lo que más me ha gustado es l historia última del anciano samurai. por otro lado, como siempre, un gran trabajo.
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