domingo, 20 de marzo de 2011

Los Esconjuraderos


Esconjuradero de Guaso

Un esconjuradero es una pequeña construcción religiosa de origen medieval exclusiva del Pirineo, sobre todo aragonés, aunque también se pueden encontrar en algunos valles de Cataluña y el Pirineo Francés. Cumplia funciones a medio camino entre las antiguas tradiciones "chamánicas" y la religión católica.  

Unarre (Lérida)

esconjuradero es un edificio de solo un piso de alzado de un piso, que presentan planta cuadrada con tejado piramidal y que posee cuatro aberturas, una a cada punto cardinal, de manera que el oficiante y toda la comunidad estuviera en contacto con la atmosfera e irradiara más fácilmente su influencia entre las fuerza naturales.

Guaso

Una cruz sobre el tejado no solo invocaba la protección divina, demostrando ante los males que acuciaban su respaldo; de alguna manera era signo de que su función estaba inscrita dentro de la practica ortodoxa de la Iglesia.

Labuerda

Abierta a los cuatro puntos cardinales por arcos de medio punto, era usada como lugar para esconjurar o conjurar las tormentas, es decir, realizaban un ritual en el que se solicitaba el cese de las lluvias que tantos perjuicios traían a la agricultura.


Los esconjuraderos solían estar cerca de las iglesias católicas, especialmente las ermitas. El rito se basaba en unas plegarias a Santa Bárbara protectora de las tormentas, una rociada de agua bendita por parte del cura y algunas frases  tradicionales.


La fórmula de la que se tiene constancia decía:
“Boiretas en San Bizien y Labuerda: no apedregaráz cuando lleguéz t’Araguás: ¡zi! ¡zas!”
 Es de suponer que el el zi-zas último iba acompañado de sendos y enérgicos meneos con el hisopo del agua bendita.


    Actualmente, están en desuso, y algunos de ellos, han sido tragados por la naturaleza o por las aguas. (Burgasé o Mediano). Sin embargo el resto (Almazorre, El Pueyo de Araguás, Asín de Broto, Guaso y San Vicente de Labuerda) se encuentran en perfecto estado de conservación.
La historia nos cuenta que el inquisidor fray Martín de Castañega critica la proliferación de conjuradores que “juegan con la nube como con una pelota”, “procuran echar la nube fuera de su término y que caiga en el de su vecino” y afirman falsamente convertir el granizo en agua. A cambio recomienda,   que el pueblo se congregue junto al sacerdote, rece letanías y plante una cruz frente a la tormenta. En muchas iglesias y ermitas, como la de San Sebastián de Otaola, contaban con una campana que según la tradición antigua, ahuyenta las tormentas con su sonido.


He leido que a los esconjuraderos hay que ir en día despejado... no porque pongamos en duda su funcionamiento sino porque normalmente desde su situación podremos ver las vistas más hermosas...


Mediano

 Esta demostrado que estos ritos no protegían contra las tormentas provocadas por el hombre. Aquí mostramos un vestigio de como quedó el esconjuradero de Mediano tras ser inundado por la construcción del pantano tras una Real Orden del 18 de marzo de 1925  que aprobaba esta obra destinada a regar y fomentar la agricultura en la zona de los Monegros.  

Mediano