jueves, 24 de mayo de 2012

El Compás y la Escuadra en el Taoísmo


En el taoismo, la Izquierda y el Cielo triunfan en cierto modo sobre la Derecha y la Tierra, como el Yang triunfa sobre el Yin, el Tao sobre el Tö y la Obra Real sobre las tareas ministeriales. La oposición se reduce, sin embargo, a una diferencia de grado o a una distinción de empleo.
En el signo que representa la Derecha 右手 (mano + boca), los etimologistas saben leer un precepto: la mano derecha sirve para comer." La Derecha corresponde, pues, a las cosas de la Tierra. El elemento "mano" se vuelve a encontrar en el signo adoptado para la Izquierda, junto, esta vez, a otro elemento gráfico que representa la escuadra. La escuadra es el símbolo de todas las artes, y sobre todo de las artes religiosas y mágicas. Es la insignia de Fu-hi, primer soberano, primer adivino. Fu-hi es el marido o el hermano de Niu-Kua, de quien el compás es la insignia. 


Esta pareja primordial ha inventado el matrimonio: por eso para decir "buenas costumbres", se dice: "compás y escuadra". Los grabadores ' re­presentan a Fu-hi y a Niu-kua enlazados por la parte inferior del cuerpo. A Niu-kua, que ocupa la derecha, le hacen tener el com­pás con la mano derecha. Fu-hi, a la izquierda, sostiene la escuadra con la mano, izquierda. La escuadra, que produce el Cuadrado, emblema de la Tierra, sólo puede ser insignia del Macho después de un cambio hierogámico de atributos; pero (como enseña el Tcheu pei) produciendo el Cuadrado lo Redondo (al que con­tiene),  la escuadra merece al punto ser el emblema del brujo que es yin-yang, y sobre todo, de Fu-hi, sabio en las cosas del Cielo lo mismo que en las de la Tierra." Fu-hi puede, pues, llevar la escua­dra con la mano izquierda, y la mano izquierda (con la escuadra), evocar la Obra Real, la hierogamia primera, la actividad mágico­ religiosa. Los chinos no oponen fuertemente la religión a la magia, como tampoco lo puro a lo impuro.  Lo sagrado y lo profano no forman en sí mismos dos géneros separados. La Derecha puede estar consagrada a las obras profanas y a las actividades terrestres sin convertirse en antagonista de la Izquierda. El pensamiento chino no se interesa por lo contrario, sino por los contrastes, por las alternancias, por los correlativos, por los cambios hierogámicos de atributos.

sábado, 19 de mayo de 2012

EL LENGUAJE DE LOS PÁJAROS *


 EL LENGUAJE DE LOS PÁJAROS *
                           Rene Guenon



Wa-s-sâffâti saffan

Fa-z-zâjirâti zajran

Fa-t-tâ1iyâti dhikran…

(“Por los que están ordenados en órdenes

y los que expelen repeliendo

y los que recitan la invocación…”)

Corán, XXXVII, 1-3

A menudo, en diversas tradiciones, se trata acerca de un lenguaje misterioso llamado “el lenguaje de los pájaros”; designación evidentemente simbólica, pues la importancia misma que se atribuye al conocimiento de ese lenguaje, como prerrogativa de una alta iniciación, no permite tomarla literalmente. Así, se lee en el Corán: “Y Salmón fue el heredero de David; y dijo: ¡Oh, hombres!, hemos sido instruidos en el lenguaje de los pájaros (‘ullimna mántiqa-t-tayri) y colmados de todo bien…” (XXVII, 15). Por otra parte, se ve a héroes vencedores del dragón, como Sigfrido en la leyenda nórdica, comprender al punto el lenguaje de los pájaros; y esto permite interpretar fácilmente el simbolismo de que se trata. En efecto, la victoria sobre el dragón tiene por consecuencia inmediata la conquista de la inmortalidad, figurada por algún objeto al cual aquél impide aproximarse, y esta conquista de la inmortalidad implica esencialmente la reintegración al centro del ser humano, es decir, al punto en que se establece la comunicación con los estados superiores del ser.


 Esta comunicación es lo representado por la comprensión del lenguaje de los pájaros; pues, en efecto, los pájaros se toman con frecuencia como símbolo de los ángeles, es decir, precisamente, de los estados superiores Hemos tenido oportunidad de citar en otro lugar* la parábola evangélica donde se habla, en este sentido, de “las aves del cielo” que vienen a posarse en las ramas del árbol, ese mismo árbol que representa el eje que pasa por el centro de cada estado del ser y vincula todos los estados entre sí.

En el texto coránico que hemos reproducido como lema, se considera que el término es-saffât designa literalmente a los pájaros, pero a la vez se aplica simbólicamente a los ángeles (el-malá-ikah); y así, el primer versículo significa la constitución de las jerarquías celestes o espirituales*. El segundo versículo expresa la lucha de los ángeles con los demonios, de las potencias celestes contra las potencias infernales, es decir, la oposición entre estados superiores y estados inferiores*. es, en la tradición hindú, la lucha de los Deva contra los Asura, y también, según un simbolismo enteramente semejante al que estamos tratando aquí, la lucha del Gáruda contra el Nâga, en el cual encontramos, por lo demás, la serpiente o el dragón de que se ha hablado líneas antes; el Gáruda es el águila, y en otros casos está reemplazado por otras aves, como el ibis, la cigüeña, la garza, todos enemigos y destructores de los reptiles. * 

                Bordado de Sor María de Jesús de Ágreda

Por último, en el tercer versículo se ve a los ángeles recitar el dhikr, lo cual, en la interpretación más habitual, se considera que indica la recitación del Corán, no, ciertamente, del Corán expresado en lenguaje humano, sino de su prototipo eterno inscripto en la “tabla guardada” (el-lawhu-1-mahfûz), que se extiende de los cielos a la tierra como la escala de Jacob, o sea a través de todos los grados de la Existencia universal.* Análogamente, en la tradición hindú se dice que los Deva, en su lucha contra los Ásura, se protegieron (achhan dayan) por medio de la recitación de himnos del Veda y que por tal razón estos himnos recibieron el nombre de chhanda, palabra que designa propiamente el ‘ritmo’. La misma idea está, por lo demás, contenida en la palabra dhikr, que, en el esoterismo islámico, se aplica a fórmulas ritmadas correspondientes de modo exacto a los mantra hindúes, fórmulas cuya repetición tiene por objeto producir una armonización de los diversos elementos del ser y determinar vibraciones capaces, por su repercusión a través de la serie de estados, en jerarquía indefinida, de abrir una comunicación con los estados superiores, lo cual constituye por otra parte, de modo general, la razón de ser esencial y primordial de todos los ritos.


Nos vemos, pues, reconducidos, como se observará, a lo que decíamos al comienzo sobre el “lenguaje de los pájaros”, que podemos llamar también “lengua angélica”, y cuya imagen en el mundo humano es el lenguaje ritmado, pues sobre la “ciencia del ritmo” que comporta por lo demás múltiples aplicaciones, se basan en definitiva todos los medios que pueden utilizarse para entrar en comunicación con los estados superiores. Por eso una tradición islámica dice que Adán, en el Paraíso terrestre, hablaba en verso, en decir, en lenguaje ritmado; se trata de esa “lengua siríaca” (logah sûryâniyah) sobre la cual hemos hablado en nuestro precedente estudio sobre la “ciencia de las letras”*, y que debe considerarse como traducción directa de la “iluminación solar” y “angélica” tal como se manifiesta en el centro del estado humano. Por eso también los libros sagrados están escritos en lenguaje ritmado, lo cual, como se ve, hace de ellos otra cosa que los simples “poemas” en el sentido puramente profano del término que quiere ver el prejuicio antitradicional de los “críticos” modernos; y, por lo demás, la poesía no era originariamente esa vana “literatura” en que se ha convertido por una degradación cuya explicación ha de buscarse en la marcha descendente del ciclo humano, y tenía un verdadero carácter sagrado*. 


Pueden encontrarse rastros de ello hasta en la antigüedad occidental clásica, en la cual la poesía era llamada aún “lengua de los Dioses”, expresión equivalente a las que hemos indicado, pues los “Dioses”, es decir los Deva* son, como los ángeles, la representación de los estados superiores. En latín, los versos se llamaban carmina, designación referente a su uso en el cumplimiento de los ritos, pues la palabra carmen es idéntica al sánscrito karma, que debe tomarse aquí en su sentido particular de “acción ritual”*; y el poeta mismo, intérprete de la “lengua sagrada” a través de la cual se transparentaba el Verbo divino, era el vates, palabra que lo caracterizaba como dotado de una inspiración en cierto modo profética. Más tarde, por otra degradación, el vates no fue sino un vulgar “adivino”*; y el carmen (de donde la voz francesa charme, ‘encanto’), un “encantamiento”, es decir, una operación de baja magia; es éste otro ejemplo de que la magia, e incluso la hechicería, constituye lo que subsiste como último vestigio de las tradiciones desaparecidas”*.
Estas pocas indicaciones bastarán, creemos, para mostrar cuánto se equivocan quienes se burlan de los relatos en que se habla del “lenguaje de los pájaros”; es en verdad demasiado fácil y harto simple tratar desdeñosamente de “superstición” todo aquello que no se comprende; pero los antiguos, por su parte, sabían muy bien lo que decían cuando empleaban el lenguaje simbólico. La verdadera “superstición”, en el sentido estrictamente etimológico (quod superstat), es lo que se sobrevive a sí mismo, o sea, en una palabra, la “letra muerta”; pero inclusive esta conservación, por poco digna de interés que pueda parecer, no es empero cosa tan desdeñable, pues el espíritu, que “sopla donde quiere” y cuando quiere, puede siempre venir a revivificar los símbolos y los ritos y a restituirles, con el sentido que habían perdido antes, la plenitud de su virtud originaria.




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* [Publicado en V. I., noviembre de 1931].
 * L’Homme et son devenir selon te Vêdânta, cap. III.
*En el símbolo medieval del Peridexion (corrupción de Paradision) se ve a los pájaros sobre las ramas del árbol y al dragón al pie de él (cf. Le Symbolisme de la Croix, cap. IX). En un estudio sobre el simbolismo del “ave del paraíso” (Le Rayonnement intellectuel, mayo-junio de 1930), L. Charbonneau-Lassay ha reproducido una escultura en la cual esa ave está figurada con solo una cabeza y alas, forma en la cual se encuentran a menudo representados los ángeles. [Cf. Le Bestiaire du Christ, cap. LVI, pág. 425].
* La palabra saff, ‘orden, fila’, es de aquellas, por lo demás numerosas, en las cuales algunos han querido encontrar el origen de los términos sûfi y tasáwwuf; aunque esta derivación no parezca aceptable desde el punto de vista lingüístico, no por eso es menos verdadero que, al igual que muchas otras del mismo género, representa una de las ideas realmente contenidas en dichos términos, pues las “jerarquías espirituales” se identifican esencialmente con los grados de iniciación.
*Esta oposición se traduce en todo ser por la de las dos tendencias, ascendente y descendente, llamadas sattva y tamas por la doctrina hindú. Es también lo que el mazdeísmo simboliza por el antagonismo de la luz y las tinieblas, personificadas respectivamente en Ormuzd y Ahrimán.
*Véanse, a este respecto, los notables trabajos de L. Charbonneau-Lassay sobre los símbolos animales de Cristo [cf. Le Bestiaire du Christ). Importa notar que la oposición simbólica del ave y la serpiente no se aplica sino cuando esta última está encarada según su aspecto maléfico; al contrario; según su aspecto benéfico, se une a veces al ave, como en la figura del Quetzalcóhuatl de las antiguas tradiciones americanas; por lo demás, también se encuentra en México el combate del águila contra la serpiente. Se puede recordar, para el caso de la asociación de la serpiente y el ave, el texto evangélico: “Sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas” (San Mateo, X, 16).
*Sobre el simbolismo del Libro, al cual esto se refiere directamente, ver Le Symbolisme de la Croix, cap. XIV.
*[Véase supra, cap. VI].
*Puede decirse, por otra parte, de manera general, que las artes y las ciencias no se han hecho profanas sino en virtud. de tal degradación, la cual las ha despojado de su carácter tradicional y, por consiguiente, de toda significación de orden superior; nos hemos explicado sobre este asunto en L’Ésotérisme de Dante, cap. II, y en La Crise du monde moderne, cap. IV. [Cf. también La Régne de la quantité et les signes des temps, cap. VIII].
* El sánscrito Deva y el latín Deus son una sola y misma palabra.
*La palabra “poesía” deriva también del verbo griego poieîn, el cual tiene la misma significación que la raíz sánscrita kr. de donde proviene Karma, y que se encuentra también en el verbo latino creare entendido en su acepción primitiva; en el origen se trataba, pues, de algo muy distinto que de la simple producción de una obra artística o literaria, en el sentido profano, único que Aristóteles parece haber tenido presente al hablar de lo que él ha llamado “ciencias poéticas”.
*La palabra “adivino” misma no está menos desviada de su sentido, pues etimológicamente tiene relación directa con divinus, y significa entonces “intérprete de los dioses”. Los “arúspices” (de aves spicere, ‘observar las aves’) extraían presagios del vuelo y el canto de las aves, lo cual es de relacionar más especialmente con el “1enguaje de los pájaros”, entendido aquí en el sentido más material, pero identificado aun así con la “lengua de los dioses”, pues se consideraba que éstos manifestaban su voluntad por medio de tales presagios, y las aves desempeñaban entonces un papel de “mensajeros” análogo al que se atribuye generalmente a los ángeles (de donde su nombre mismo, pues es precisamente el sentido propio de la palabra griega ángelos), bien que tomado en un aspecto muy inferior.
*[Sobre este asunto de los orígenes de la magia y de la hechicería. véase infra, cap. XX, “Shet”, último párrafo].


                                       Teresa Neumann



martes, 1 de mayo de 2012

Capilla de la Ascensión, Jerusalén.


    Capilla de la Ascensión, Jerusalén.
La roca de la Ascensión en el Monte de los Olivos, Jerusalén.
En base a cuanto narrado en el Nuevo Testamento, el evento conocido como la Ascensión de Jesús es el último episodio de la vida terrena de Jesús: cuarenta días después de su muerte y resurrección ascendería al cielo. El aniversario es celebrado en todas las confesiones cristianas y junto a la Pascua y Pentecostés es una de las fiestas más importantes del calendario eclesiástico.

Aunque el lugar de la Ascensión no es citado directamente en la Biblia, por los Hechos de los Apóstoles parece ser el Huerto de los olivos, porque después de la ascensión los discípulos
(Hechos 1:12) «Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un sábado.»
     La tradición ha consagrado este lugar como el Monte de la Ascensión. Los primeros cristianos recordaban la ascensión reuniéndose en una gruta que se encuentra cerca, probablemente por miedo de las persecuciones. Después del edicto de Constantino, la primera iglesia fue construida en aquel lugar (390).

      La basílica, llamada Basílica de Eleona, debe su nombre a la palabra eleon que en griego significa olivo, pero también recuerda el sonido de eleison, piedad, misericordia.  Actualmente es propiedad del waqf islámico de Jerusalén, y es visitable después del pago de una cantidad simbólica.
       En la roca conservada en el santuario, la tradición reconoce la huella del pie derecho de Jesús, dejada en el momento en que ascendía al cielo. Es venerada por los cristianos. La casa construida por los cruzados fue convertida en una mezquita, aunque no se utiliza para el culto a causa de los muchos peregrinos cristianos.

El monasterio ortodoxo de la Ascensión se encuentra en la cima del Monte de los Olivos
 Mc 16:
9.     Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Lc 24:
50.   Jesús los llevó hasta cerca de Betania y, levantando las manos, los bendijo. 
Y mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo.



Hech 1: 9.  Jesús fue levantado ante sus ojos y una nube lo ocultó de su vista.  Ellos seguían mirando fijamente al cielo mientras se alejaba. Pero de repente vieron a su lado a dos hombres vestidos de blanco  que les dijeron: «Amigos galileos, ¿qué hacen ahí mirando al cielo? Este Jesús que ha sido llevado volverá de la misma manera que ustedes lo han visto ir al cielo.»  




Vestigium pedis


Huellas de pies que he tallado sobre una roca de arenisca en María de Huerva, cerca de Zaragoza. 


En el sufismo se describe la "himma" como el poder concentrado de la energía espiritual puesta a disposición del "Hombre Perfecto" o, concedida como carisma y en diversos grados de aplicación, a los que están en "el Camino Recto".  
 
El "Hombre Perfecto", merced a la "himma", camina sobre las aguas sin hundirse y, en cambio, se hunde al andar sobre la roca.
  En Huesca aparecen huellas de santos  en los caminos que conducen a los santuarios del Serrablo, con relativa frecuencia los romeros pueden observar marcas en las piedras que según la tradición corresponden a huellas del titular del templo cercano.









Las huellas, se ubican: en los caminos de peregrinación, en los senderos que según la tradición se dice que recorrieron los santos a su martirio – Santa Orosia– o en la época vivida por la zona – San Úrbez–. 
 La huella más universal es la que se encuentra en la roca de la Ascensión en el Monte de los OlivosJerusalén.   Hace unas semanas tallé una huellas de pies en arenisca. Pretendía marcar lo que podrían ser las señales de las llagas de los pies de Jesucristo después de la resurrección. Al poco tiempo acudí a ver la Seo de Zaragoza y su museo, de los que saqué varias fotografias furtivas.  Al mirarlas en el ordenador me dí cuenta de unas casualidades; en las fotos aparecia iconografía de esas mismas huellas. Adjunto las fotos con su detalle.

Capilla de la Ascensión La Seo de Zaragoza

  Detalle del retablo

Pintura del Museo del Cabildo de la Seo


 
 

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