jueves, 5 de diciembre de 2013

Simbolismo de la fíbula



Las fíbulas clásicas son antiguos imperdibles que representan al universo en su esquema fundamental ya que las cosas y los acontecimientos tienen una tendencia natural y objetivamente observable a reunirse, en particular de dos en dos, lo firme y lo flexible.





La unidad principial se divide y se establecen los dos modelos.  
Al predominar la estructura binaria en su concepción, lo que representa una entidad en un nivel se convierte en un par de entidades en el nivel siguiente, y así sucesivamente.   Está sobreentendido que esta representación se ve a su vez superada en el «verdadero conocimiento» o unidad primordial de la cual proceden todas las cosas en virtud del principio estructurador. 



 En el orden intelectual, no vemos  más que una sola dualidad a considerar, la del sujeto conocedor y la del objeto conocido.
Uno de los aspectos más generales de la dualidad cósmica es la oposición de los dos principios que están representados en nuestro mundo por el espacio y el tiempo. En cada uno de los dos, la dualidad se traduce además de una manera más especial mediante una oposición que le corresponde: en el espacio, entre la concentración y la expansión; en el tiempo entre el pasado y el futuro.

 













Otros dos principios de que se trata son propiamente los dos polos entre los cuales se produce toda manifestación; son lo que podemos llamar "esencia" y "substancia", entendiendo estas palabras en sentido metafísico, es decir universal. Hay como un desdoblamiento o una polarización del ser mismo no "en sí", sino en relación a la manifestación, que sería inconcebible de otro modo; y la unidad del ser puro no está en absoluto afectada por esta primera distinción, como no lo estará por la multitud de las otras distinciones que se derivarán. No pretendemos mostrar como la multiplicidad puede estar contenida en principio en la unidad. Desde el punto de vista de la cosmología, esta no tiene que remontarse más allá de la primera dualidad. La cosmologíaa tradicional, no es de ninguna manera dualista desde el momento que deja subsistir la posibilidad de una unificación que la sobrepasa y que sólo se realiza en un orden superior. Esta concepción de la primera dualidad se encuentra en doctrinas que revisten las formas más diferentes: así, en China, es la dualidad de los principios Yang, masculino y Yin, femenino; en el Sânkhya de la India, es la de Purusha y Prakriti; para Aristóteles es la del acto puro y la potencia pura.



Estos dos principios complementarios tienen su expresión relativa en cada orden de existencia, y también en cada ser particular. Aquí en las fíbulas, podemos observar  esa manifestación de los dos principios de la manifestación universal, representada por el radio y el círculo, la recta y la curva, la firmeza y la flexibilidad, el alfa y la omega, el uno (1) y el cero (0).

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