miércoles, 12 de marzo de 2014

El estrabismo de la diosa Venus


                       Existen testimonios a favor del estrabismo de la diosa Venus,
 la diosa latina del Amor y la Belleza. Varios autores califican de estrábica a esta popular diosa del Olimpo. Los antiguos clásicos griegos y latinos como Marco Terencio Varrón, Ovidio, Petronio y Aurelius Augustinus, junto a otros de autores más modernos.  


 El primer autor que alude al estrabismo de Venus, es el gran enciclopedista latino Marco Terencio Varrón (116-27 a.J.C.), de magníficas dotes como escritor, filósofo, militar, jurista, político, historiador, linguista, biógrafo, crítico literario y botánico ...
Este ilustre personaje escribió en «Priscianus» lo siguiente:
... «¿No decía yo que esto viene a propósito de Venus bizca?».
Un segundo autor es Publio Ovidio Nasón (43 a.J.C.-17 d.J.C.),
cuyo sobrenombre equivale al actual «narizotas». Este célebre poeta
romano, en el Libro II, 659, de su «Ars Amandi», escribió
unos párrafos donde aconseja disimular los defectos físicos de la mujer: «sobre todo, dejad de reprochar a vuestras amadas sus defectos; disimularlos, les fue útil  a  muchos». ... «Se pueden aminorar los defectos, dándoles otro nombre: llamarás morena a la que –por su raza– sea más negra que la pez de Iliria; si es bizca, le dirás parecida a Venus; si es de ojos grisáceos, parecida a Minerva».


Un tercer clásico que recoge en su obra la bizquera de Venus es el latino Cayo Petronio (?-66 d.J.C.), probablemente el famoso «Árbitro de la Elegancia» de la época de Nerón, a quien la crítica moderna identifica como autor del «Satiricon».  
Igual que los Visigodos en su «Fuero Juzgo», Dante en su «Divina Comedia», Casanova en sus «Memorias», o los más viejos y clásicos refraneros castellanos, Petronio alude al Estrabismo de forma peyorativa y resalta su aspecto ridículo; ello demuestra inequívocamente que la bizquera, como defecto físico no pasó desapercibida ni en los tiempos más remotos.


Petronio habla del Estrabismo, y cita la bizquera de Venus cuando un patricio –llamado Habinas– describe así a uno de sus esclavos: ... «No tiene más que dos defectillos, y es lástima; que si no, sería perfecto. Está circuncidado y ronca como un cerdo.
A decir verdad, es también algo bizco, pero eso no es nada. Así miraba Venus. Y por ese supuesto defecto en la vista, no me costó más que trescientos dineros».
Con lo que, tras confirmar el estrabismo de Venus y decir que lo de la bizquera no era nada, al final resulta que el esclavo había salido barato, precisamente por su defecto visual. Y esto sucedía en el S. I. de nuestra Era. Y es que, desde siempre, la minusvalía física del estrábico ha sido tenida muy en cuenta.


 Por cierto que Petronio hace alguna otra alusión satírica acerca de los estrábicos, como ésta que nos llamó mucho la atención, ya que los relaciona con un signo del Zodíaco: tras decir que Leo hace nacer a los tragones y personas dominantes, Virgo a los hombres afeminados, cobardes y dispuestos a la esclavitud, Libra a los carniceros, perfumistas y vendedores al peso, Escorpio a los asesinos y envenenadores, etc..., surge Sagitario, que hace nacer ... «a los bizcos, que parece que miran al plato y miran a las tajadas»...


No obstante, desde Petronio habrán de pasar bastantes siglos hasta que los Oftalmólogos valoren debidamente las consecuencias sensoriales del Estrabismo y tomen en serio el tratamiento de las ambliopías estrábicas y la recuperación funcional de una binocularidad perdida o alterada. Pero reconozcamos que, aún hoy, al bizco y a su familia les sigue preocupando ante todo la fealdad que supone un ojo torcido, con las implicaciones psicológicas y sociales que conlleva; después, en todo caso, la Ambliopía; y finalmente, muy en último lugar, las alteraciones de su Vision Binocular.




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